Ternium Losacero es un producto muy resistente, fácil de instalar y que reduce significativamente los costos al requerir poca mano de obra especializada.
La industria de la construcción está en constante evolución, pues busca nuevas formas de edificar estructuras más sólidas, económicas y en el menor tiempo posible. Entre los retos de toda obra, destaca el armado y vaciado de losas de concreto, ya sea para azoteas o entrepisos.
Con Ternium Losacero es mucho más sencillo montar una superficie de vaciado para colar el concreto, gracias a la excelente resistencia estructural que le proporciona su geometría. Así, se evita el armado de la cimbra de madera tradicional y se ahorra tiempo en mano de obra y materiales.
Una estructura firme
Un entrepiso metálico es resistente debido a la forma que toma durante el proceso de acanalado, transformándose a partir de una lámina galvanizada lisa en una estructura que puede soportar el peso del concreto.
La forma está calculada para ofrecer la mayor resistencia estructural por centímetro cuadrado y el diseño del proyecto es el que determina el calibre o grosor de la lámina que debe emplearse.
Todo un proceso
El proceso de acanalado se logra con una serie de rodillos formadores –cerca de 20– que poco a poco dan la forma definitiva al entrepiso metálico Ternium Losacero.
Los primeros rodillos le dan forma a unas crestas y valles en el cuerpo de la lámina y un embozado en las orillas para que se puedan integrar en una sola superficie continua. Al salir de ahí, las piezas se cortan al tamaño necesario por el cliente, que por lo general fluctúan entre los tres y los 14 metros. Posteriormente se apilan y se envían.
Una de las características principales de los entrepisos metálicos es que su forma también está diseñada para que las piezas embonen lateralmente una con otra y así formen una superficie tan grande como la requiera el proyecto.
Cómo instalar un entrepiso metálico con Ternium Losacero
Cómo instalar un entrepiso metálico con Ternium Losacero
Especial para grandes superficies
Con los entrepisos metálicos se obtiene una superficie sólida, uniforme y resistente, su forma de “charola” permite acumular el concreto de manera uniforme y distribuirlo con facilidad durante el proceso de vaciado.
El uso de este tipo de entrepisos está ampliamente generalizado en la industria de edificios metálicos a gran escala, especialmente cuando se crean grandes espacios, donde el peso de la estructura recae en las paredes laterales y existen pocas columnas en medio del “claro” como ocurre en cines, naves industriales, centros comerciales y arenas deportivas.