El Festival de Cine Latinoamericano celebró en Puebla su décima edición con una programación que cerró con una función al aire libre para toda la familia, en el zócalo de San Miguel Xoxtla.
Durante los fines de semana del 7 al 9 y del 14 al 15 de noviembre, el público de Puebla y de San Miguel Xoxtla pudo acercarse a un cine que refleja la diversidad de miradas latinoamericanas y fortalece una identidad cultural compartida. En total, más de 2,800 personas asistieron –considerando algunas funciones que se realizaron en universidades y centros comunitarios como parte del circuito: Rumbo al Festival–, una cifra récord que reafirma el interés creciente de la comunidad poblana.
El Museo Amparo volvió a ser sede principal del encuentro, mientras que en San Miguel Xoxtla las funciones se realizaron en el Zócalo y en el Club Ternium en Largos Puebla. El festival se consolidó además como un espacio de diálogo y convivencia con la presencia del actor de Todo el Silencio, Moisés Melchor y de la actriz de Lluvia, María Martha Moreno.
Durante la inauguración, Vicente Manjarrez, Vicepresidente de Operaciones de Productos Largos, celebró la visión que ha guiado al festival desde su origen: “Nuestro festival fomenta la conexión y el orgullo con nuestras raíces latinoamericanas. Es una plataforma que visibiliza a los cineastas de la región, promueve un cine más equitativo y diverso y también apoya las producciones independientes”.
Vicente Manjarrez.
Por su parte, Silvia Rodríguez, Coordinadora de Comunicación y Programas al Público del Museo Amparo, destacó el papel social de esta alianza cultural: “Ternium ha demostrado a lo largo de la historia que la industria también puede ser un motor de cambio social. Gracias a este tipo de iniciativas, el Museo Amparo amplía su alcance, ofreciendo espacios de encuentro como este festival de Cine Latinoamericano”.
La programación de este año en Puebla incluyó películas como El Jockey (Luis Ortega, Argentina), La sombra del sol (Miguel Ángel Ferrer, Venezuela), Todo el silencio (Diego del Río, México), El ladrón de perros (Vinko Tomicic, Bolivia), Empieza el baile (Marina Seresesky, Argentina), Culpa Cero (Valeria Bertuccelli y Mora Elizalde, Argentina), Lluvia (Rodrigo García Saiz, México), Un disfraz para Nicolás (Eduardo Rivero, México) y Deep, el pulpo (Julio Soto).
El impacto del festival también se reflejó en la experiencia del público. Miguel Ramírez, padre de familia, comentó que cada edición es muy esperada por los suyos: “tratamos de venir a las funciones familiares porque es una buena oportunidad para ver buen cine en lugares culturales, más allá de las salas comerciales”.
Más de 2,800 personas asistieron a esta edición del festival.
Durante la proyección de Todo el silencio, Brenda García asistió junto con un grupo de amigas y destacó la dimensión inclusiva de la función. Se dijo gratamente conmovida por la presencia de personas de la comunidad sorda, quienes pudieron disfrutar plenamente del diálogo posterior a la película, el cual se llevó a cabo en lenguaje de señas, gracias a la presencia del actor Moisés Melchor: “La verdad, muy contentas de haber venido. Es una muy buena película y sensibiliza muchísimo”, señaló.
En el zócalo de San Miguel Xoxtla, donde se proyectó Deep, el pulpo, la presidenta municipal Guadalupe Ortiz recordó la importancia de facilitar el acceso gratuito a la cultura para todas las familias del municipio: “Estos espacios son de mucha importancia para la comunidad porque, lamentablemente, hay personas que solo tienen esta oportunidad para ver cine”.
A esa valoración se sumó Samantha López, habitante de Xoxtla, quien celebró que iniciativas como esta continúen llegando a su comunidad, pues “demuestran el compromiso de Ternium por estar presente y apoyar actividades que fortalecen a la gente”.
Con esta edición, y con un total de 10,856 asistentes acumulados entre las sedes de Monterrey, Colima y Puebla durante la edición 2025, el Festival de Cine Latinoamericano alcanzó una cifra récord que confirma que el cine puede ser una herramienta poderosa de encuentro, reflexión y construcción social en las comunidades donde Ternium tiene presencia.