En el marco del Día del Padre, Ternium te presenta la historia de un padre y un hijo que laboran en la empresa.
Bien dicen que el ejemplo arrastra.
Gracias a su amor, compromiso y pasión por su trabajo, Francisco Pesina, gruista de Supply Chain en Planta Juventud, ha sido un ejemplo de inspiración para la empresa.
Estos valores han forjado su exitosa trayectoria, pues Francisco cuenta con más de cuatro décadas en Ternium. Incluso, él ha sido motivo de inspiración para su hijo Martín Pesina, quien también colabora en Ternium, en el área de Galvanizado en Planta Juventud.
Más de cuatro décadas se dicen fácil, pero la realidad es que se requiere mucho amor por su trabajo, reconoció Francisco. “Me siento orgulloso de ser parte de esta empresa. Llegué en 1981 y he podido ver cómo ha crecido y yo junto con ella”, comentó.
Francisco ha cosechado múltiples experiencias a lo largo de los años, pues ha sido gruista de las áreas de Embarques y Galvanizado. Estas vivencias le han ayudado a formar la persona que es hoy y a valorar lo importante que es el trabajo.
“Nunca hay que perder las ganas de trabajar y hay que hacerlo con enfoque para siempre conservar el trabajo, aquí en Ternium siempre nos han apoyado, entonces ese respaldo, ese apoyo lo tengo que agradecer con todo mi compromiso”, dijo Francisco, padre de cuatro hijos.
A sus 58 años y como si fuera su primer día de trabajo, Francisco aún siente esa motivación por ir a trabajar.
“Siempre trato de dejar todo de mí, en todo lo que hago, creo que es la mejor manera de seguir creciendo como persona y en lo profesional”, señaló.
Su hijo, Martín, destacó que el ejemplo de su padre ha sido fundamental para comprometerse con su trabajo. Los frutos han dado resultados, pues ya suma más de 10 años dentro de la compañía.
“Recuerdo en una ocasión cuando era niño tuve la oportunidad de visitar a mi papá en Planta Juventud. Ahí fue cuando conocí a sus jefes y a sus compañeros, me gustó mucho ver donde trabajaba y conocer la gente que lo rodeaba, son momentos que siempre voy atesorar en mi corazón”, recordó Martín.
Años después, Martín lo tuvo claro: quería seguir los mismos pasos que su papá.
“Llegué aquí porque mi papá me inspiró, sabía que era una buena empresa, que si me esforzaba y me comprometía, sabía que tendría muchas oportunidades de crecer”, agregó.
Martín entró a la compañía como ayudante. Con el paso del tiempo subió de categoría hasta llegar al más alto nivel en el piso de operaciones.
“Aquí he aprendido muchas cosas. Ahora, soy Coordinador de Seguridad y Medio Ambiente y he tenido siete reconocimientos por esta labor. Todo esto lo he conseguido gracias a mi padre, que siempre me ha apoyado e inspirado, quiero dejar huella como él la ha dejado”, afirmó.