Una de las opciones más comunes para proteger al acero del oxígeno y otros elementos es la aplicación de un sistema de pintura especial que lo aísle, evitando así el proceso de corrosión.
Si se piensa en el color de un auto, una lavadora o cualquier electrodoméstico, solo se toma en cuenta el punto de vista estético.
Sin embargo, al agregar recubrimientos orgánicos y sistemas de pintura a estos productos o cualquier producto hecho con acero, no solo es cuestión de darle una apariencia atractiva, la pintura en el acero puede tener otros atributos importantes que aporten en calidad, innovación y tecnología.
Un escudo contra la corrosión
Recién salido del proceso de fundición, el acero, conocido como acero negro, se le aplica una protección importante para que pueda continuar con una de sus principales cualidades, la resistencia.
Una de las opciones más comunes para proteger al acero del oxígeno y otros elementos de la intemperie, es la aplicación de un sistema de pintura especial que lo aísle, evitando así el proceso de corrosión.
En Ternium se utilizan sobre todo tres sistemas de pintura para proteger el acero galvanizado: poliéster estándar, poliéster siliconizado y fluorocarbonados. Aunque cada uno de ellos tiene sus propias características, y suelen ser utilizados en distintos casos, según las necesidades, tienen en común el hecho de proteger las superficies metálicas del oxígeno que está presente en el aire, así como de la sal que suele haber en zonas costeras.
La reflectancia puede ser también un repelente del calor, como puede apreciarse en el caso de la Ternium Galvateja Plus.
Los beneficios de la reflectancia
Otra buena razón por la que conviene aplicar sistemas de recubrimientos orgánicos (pintura) sobre superficies metálicas es su capacidad para provocar reflectancia. Si pensamos, por ejemplo, en una luminaria, este atributo funcionará para expandir de mejor manera la energía del led, mejorando su rendimiento energético al multiplicar el efecto de luz sobre el espacio.
Pero este no es el único beneficio que ofrece este atributo sobre el sistema de pintura. Así como puede expandir la luz, la reflectancia puede ser también un repelente del calor, como puede apreciarse en el caso de la Ternium Galvateja Plus, que además de ser una solución estética y funcional en el ámbito de la construcción, cuenta con un recubrimiento de pintura Cool Roof que funciona como escudo contra los rayos del sol.
Esta particularidad ayuda a conservar los ambientes frescos y disminuye de manera significativa el consumo de energía.
Estos son solo unos cuantos ejemplos de los diferentes beneficios que se pueden obtener al aplicar recubrimientos orgánicos sobre superficies metálicas, más allá del aspecto estético.