Guardar sana distancia, lavarse las manos frecuentemente, usar cubrebocas y únicamente salir por actividades esenciales, son algunas de las medidas Ternium de la nueva normalidad.
Estar en la primera línea del combate contra el coronavirus, una enfermedad cuya cura aún no existe, puede causar miedo y preocupación.
Pero gracias al apoyo de compañeros y familia, además de la satisfacción de poder contribuir a la lucha contra este padecimiento, el miedo y la preocupación se convirtieron en valor, reconoció Enrique Santos, médico internista de Hospital Clínica Nova, asignado al área de atención del COVID-19.
“Eso será uno de los principales retos, adaptarse a esa nueva normalidad, tanto en la atención a los pacientes, como en la manera en que nos relacionamos con la sociedad, entre nosotros mismos”, advirtió Enrique. Además reafirma que las medidas como el uso del cubrebocas, guardar la sana distancia y saludar a lo lejos, llegaron para quedarse.
La emergencia sanitaria también ha demostrado que hay una fuerte unión entre el personal médico y de enfermería en todo México. En Hospital Clínica Nova es incluso mucho mayor.
“Pero esta unión no debería ser únicamente entre el personal de salud, sino también junto con la sociedad, es la única manera de que salgamos adelante, nosotros ponemos el 50% y la sociedad el otro 50%”, dijo el médico con cuatro años de trayectoria dentro de Hospital Clínica Nova.
¿Y cómo los pueden apoyar?
Quedándose en casa, además de seguir al pie de la letra las medidas preventivas como: guardar sana distancia, lavarse las manos frecuentemente, usar cubrebocas y únicamente salir por actividades esenciales.
“Hay que cuidarnos entre todos, tenemos que pensar que al seguir estas medidas estamos cuidándonos, pero al mismo tiempo, cuidamos a la persona de la derecha o de la izquierda”.
Enrique es un ejemplo más de los héroes silenciosos que en esta contingencia demuestran su gran ejemplo de vocación para ayudar en esta pandemia.