Julieta López, asistente ejecutiva de Customizados, es madre de dos hijos que actualmente trabajan en la empresa.
El amor de una madre es incondicional.
La máxima satisfacción de una madre de familia es ver cómo sus hijos crecen con bien y cumplen todos sus sueños y metas.
Un ejemplo de este tipo de historias es la de Julieta López, asistente ejecutiva de la Dirección de Customizados, quien cuenta con una carrera laboral de 36 años en Ternium y que ha sido una completa inspiración para su hija y su hijo, los cuales también trabajan dentro de la compañía.
Ellos tienen un solo objetivo: dejar un legado al igual que su mamá.
“Siempre les recuerdo a mis dos hijos a que sean muy agradecidos con las oportunidades que se les presentan en la vida. Hoy él y ella están en Ternium y siempre les pido que hagan todo con amor, que sean puntuales, que se apliquen lo mejor posible y que respeten a la empresa”, señaló Julieta en entrevista a TerniumHoy.
“Ella y él son mi máximo orgullo, son mis hijos, pero también mis compañeros de trabajo. Estoy muy orgullosa que la empresa haya valorado sus capacidades y que les haya brindado la oportunidad de estar aquí”.
Patricia Trejo López, analista de Contabilidad Industrial en Tenigal, resaltó que su mamá ha sido una colaboradora que ha dejado su corazón en la empresa y ese mismo compromiso lo busca replicar ella en su día a día de trabajo.
“Cuando le hago una notita o algo por el estilo, siempre le trato de recordar que todo lo que tengo se lo debo a ella. Me gusta mucho que lo sepa y que lo sienta, quiero que sepa que es nuestra más grande admiración para mí y mi hermano”, comentó Patricia, quien lleva tres años dentro de la compañía.
“El legado de mi mamá es muy grande en Ternium. En muchas ocasiones cuando camino por las plantas, compañeros me comentan la gran persona que es mi mamá. Sin duda, me llena de orgullo ese legado de mi mamá”.
Por su parte, Juan Manuel Trejo López, colaborador en la recepción de Materia Prima en el PLTCM de Pesquería, cuenta con 10 años de trayectoria en la compañía.
Él comenzó su historia en Ternium en Planta Juventud, donde era compañero directo de su mamá. “Ella siempre ha ayudado a otras personas, aunque no sea de su gerencia, si alguien le pide ayuda, mi madre no le dice que no y busca cómo ayudarla. Eso ha generado a que se gane el cariño de la gente y que pueda ser reconocida en cualquier planta”, comentó.
Tanto Patricia como Manuel, coincidieron en que decidieron entrar a Ternium porque fueron completamente inspirados por ese amor y compromiso de Julieta con la empresa, además de otros familiares que han colaborado también para la compañía.
Con un equilibrio en sus diferentes roles, Julieta actualmente disfruta de ser mamá y continuar dejando huella en Ternium, con un espíritu de servicio que la distingue y por lo que se ha ganado el respeto de quienes la conocen en la compañía.