Con un sinnúmero de historias de superación en su haber, Ternium celebra el décimo aniversario de uno de sus programas educativos de mayor impacto en México.
El Programa After School Roberto Rocca cumplió 10 años de transformar vidas. Y es que con esta iniciativa de educación extra escolar, que se lleva a cabo a nivel primaria y secundaria, la vida de sus participantes da un giro tras involucrarse en sus actividades extracurriculares con foco en las áreas STEM (Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas), las cuales además incentivan su desarrollo personal y social.
“Antes de entrar al programa, me sentía insegura y batallaba con materias como matemáticas”, contó Keila Segura, estudiante de sexto grado de la Primaria Profra. Julia Elizondo Montalvo. “Ahora puedo hablar frente a un público, trabajar con microscopios y microorganismos, hacer investigación y leer más en casa. Estoy más preparada en matemáticas y quiero ser arquitecta”.
Para celebrarlo, estudiantes, maestros, representantes de la compañía y de la Secretaría de Educación Pública y del Municipio de Pesquería se reunieron en la Escuela Técnica Roberto Rocca en una emotiva ceremonia de aniversario.
“Es un hito especial celebrar el décimo aniversario de este programa, que demuestra nuestro compromiso con la educación. Lo iniciamos con el propósito de crear espacios seguros para niños y adolescentes donde puedan fortalecer sus conocimientos y competencias, pero también donde puedan desarrollarse como individuos capaces de resolver problemas de sus comunidades”, dijo Manuel Héctor Martínez, Director de Recursos Humanos durante su mensaje.
“Vemos que no solo aprenden sobre ciencia y tecnología, sino sobre liderazgo, colaboración y trabajo en equipo, que son fundamentales para desarrollar un plan de vida y de carrera. Destaco el papel de las familias, pues juntos hemos formado una red de apoyo que va más allá del aula, por lo que nos llena de orgullo ser parte de este camino. Seguiremos trabajando en facilitar oportunidades a más personas y ayudarles a convertirlas en los agentes de cambio que necesitamos”, agregó.
Tras una inversión de 6 millones de dólares, el programa After School ha alcanzado a 2 mil niños y jóvenes de 6 a 15 años, quienes se han formado en diferentes instituciones educativas públicas de los municipios de San Nicolás y Pesquería.
“Al acercarlos desde edad temprana a las áreas STEM, muchos de ellos están logrando transitar hacia una carrera profesional e insertarse en el mundo laboral”, recordó Allyson Treviño, Gerente de Relaciones con la Comunidad. “Por eso el programa es de suma importancia, pues estamos convencidos que la educación es el pilar fundamental para un mejor futuro tanto a nivel personal como comunitario”.
Sus beneficios son tan evidentes que las autoridades educativas del estado han apoyado su continuidad.
“Hemos visto cómo los niños participan en las actividades y sus trabajos”, comentó Nancy Sánchez, Directora de Educación Primaria de la Secretaría de Educación de Nuevo León. “Agradecemos a Ternium por su empeño y a toda la gente que hace posible el After School, felicidades por estos 10 años y ojalá lo tengamos por muchos años más”.
El “gen After School” en la sangre
Niños más desenvueltos, con una idea clara de lo que quieren hacer en su vida y con el firme propósito de transformar su entorno son algunos de los frutos recogidos por el After School.
Edgar Bermejo, hoy estudiante del cuarto semestre de la carrera de Ingeniería en Innovación y Desarrollo del Tec de Monterrey, egresado del After School Primaria y de la Escuela Técnica Roberto Rocca, recuerda su paso por el programa, especialmente cuando descubrió el funcionamiento de los circuitos paralelos y en serie para generar electricidad.
“Significó mucho para mí porque fue un lugar donde aprendí por mí mismo mientras me divertía”, indicó quien fue uno de los primeros alumnos en participar en el After School. “Mis ideas eran limitadas, pero de tanto explorar y descubrir supe que quería ser ingeniero”.
Cristopher Hernández, quien cursa el segundo grado en la Secundaria No. 114 Félix U. Gómez en Pesquería, tiene claro que quiere dedicarse a crear brazos robóticos para ayudar a los trabajadores de empresas con las labores pesadas.
“Lo que más me gusta son los programas de robótica, a veces son difíciles, pero son muy divertidos. Tengo claro que no todos tienen esta oportunidad y eso es mucho para mí”, afirmó.
Para Stacey Vázquez, quien estudia el tercer año en la Secundaria No. 127 Rolando Guzmán Flores, el programa les ha servido a sus compañeros y a ella para potenciar su capacidad de transformar su comunidad, pues están aprendiendo a ver el mundo de otra manera.
“El tema del cambio climático me ha ayudado a entender que su solución empieza con pequeñas acciones que podemos hacer cada uno, como reciclar la basura o no tirarla en la calle”, aseguró la joven de 14 años.
“After School es una manera de descubrirse a uno mismo”, refirió Maritza Aguilar, estudiante del sexto semestre de la Escuela Técnica Roberto Rocca. Sin embargo, esto no sería posible hacerlo por sí solos.
La chispa para saber si quieren ser ingenieros o químicos, aseguró, la encienden sus maestros, un grupo de cerca de 30 especialistas de diversas disciplinas que los inspiran para aprender.
Uno de ellos, Abel Meléndez, quien ha sido tallerista durante toda la década del After School, afirmó que el impacto del programa no solo ha beneficiado a los estudiantes, sino a ellos mismos como docentes y a la comunidad entera.
“Todos traemos el ‘gen After School’. Vemos los cambios en el salón, luego en la escuela y se permea en la comunidad; los padres de familia quieren saber, por ejemplo, qué herramientas de crianza pueden ser útiles y veo que lo están aprovechando. En mi caso, he hecho muchas cosas nuevas al vincular ciencia con la música, así que vamos por otros 10 años”, puntualizó.