Ellos siempre están cuando el deber los llama, ya sea de día o de noche, las 24 horas del día, los bomberos nunca dudan cuando se trata de ayudar.
Este próximo 22 de agosto se conmemora una edición más del Día del Bombero, profesión que describe perfectamente el valor de la solidaridad.
Actualmente, Ternium cuenta con 196 bomberos voluntarios en México, divididos en las plantas de Guerrero, Churubusco, Juventud, Largos Norte, Largos Puebla y el Centro Industrial Ternium, así como el área de Minas.
Ternium te presenta cinco historias de cinco colaboradores, quienes relatan su sentir al formar parte del cuerpo de bomberos de la empresa, una familia unida con el compromiso de ayudar.
Una bonita familia
Desde hace cuatro años, Gabriel Torres, operador de Línea de corte, en CSI Nogalar, forma parte del cuerpo de bomberos y cada vez que le toca platicar sobre su desempeño en este equipo presume la familia que han formado debido a la buena convivencia y la comunicación que los caracteriza.
Hoy se siente orgulloso de formar parte de este equipo, debido a que son los primeros en dar una respuesta ante alguna emergencia. “Somos una bonita familia; cuando me uní, no tenía idea de lo que hacía. Ahora ya tengo más experiencia y se siente una gran satisfacción el saber que podemos ayudar ante una emergencia”, mencionó.
“En este tiempo he aprendido diferentes cosas: ya sé ir a un evento y sé qué hay que hacer. Aquí todos nos apoyamos. Cuando salimos a dar el apoyo, no sabemos la magnitud del evento hasta que llegamos, pero la disciplina, el saber que eres una persona de auxilio y que entre los compañeros sabemos que nunca nos dejamos solos, hacemos lo mejor para responder ante el llamado”, agregó.
Actualmente el equipo de Bomberos Ternium cuenta con 107 voluntarios a nivel nacional.
Aprendizaje humano
Para Gregorio Sanmiguel, mecánico de turno en Tubería Pared Gruesa en Planta Guerrero, ser bombero lo ha llevado a tomar más conciencia en temas de seguridad y a tener más aprendizaje sobre la cuestión humana.
Gregorio inició hace 11 años en el cuerpo de bomberos de Ternium por simple curiosidad. Recordó que, en ese entonces, él y otros compañeros se presentaron en la estación de bomberos de Planta Guerrero para ver cómo eran las tareas al proponer ser parte del equipo.
Cuando entendió la responsabilidad de este oficio, Gregorio no lo dudó dos veces, se unió al equipo de Bomberos Ternium. Él ha participado en diferentes eventos que han surgido tanto en las plantas de Ternium como en Nuevo León. Uno de los que más recuerda fue el atentado que ocasionó el incendio en el Casino Royale, ubicado en Monterrey y ocurrido en 2011.
“Cuando surgen este tipo de eventos tenemos que estar unidos como empresa, tanto la gente interna y externa, para dar apoyo moral y físico. Uno como bombero da todo por la gente. El Casino Royal fue una desgracia que impactó a toda la ciudad y nosotros representamos a la empresa al apoyar en ese día”, agregó.
Gregorio Sanmiguel cuenta con 11 años de trayectoria dentro de Bomberos Ternium.
A la expectativa las 24 horas del día
José Alfredo Palacios, quien es operador de Grúa aérea de Supply Chain en Guerrero, tiene 10 años en la familia de bomberos de Ternium.
Para Alfredo, tener comunicación entre los compañeros y la familia, la disciplina, la capacitación y la disponibilidad son clave para formar parte del equipo.
La comunicación con la familia es de suma importancia porque los bomberos llegan a tener turnos de hasta 12 horas por las guardias que realizan, pues necesitan de disponibilidad para enfrentar los eventos que pudieran ocurrir.
“El tiempo que tenemos lo disponemos para ayudar. Debemos de tener comunicación y contacto con la familia porque son días completos que uno no va a la casa por las guardias; pero siempre sentimos el apoyo de ellos”, dijo, “tener la oportunidad de contribuir con mi granito de arena me llena de mucho orgullo; al final, nosotros estamos aquí para la hora que se necesite”.
José Alfredo dice siempre estar listo cuando el deber lo llama.
Actitud de servicio
Hace siete años, Alberto Mercado, supervisor del área de embarques en Planta Alzada, se anotó como voluntario a la primera brigada de Ternium en Minas. Él, como otros voluntarios, solo tenían conocimientos básicos de primeros auxilios y para reaccionar ante un conato de incendio en la planta.
“Desde que soy brigadista nos han dado una capacitación más enfocada y especializada. He podido apoyar en mitigar incendios forestales en la comunidad de Alzada, conatos de incendio en la planta, apagar autos en la calle y ahora, los bomberos del municipio nos piden ayuda a nosotros. Definitivamente, para ser bombero tienes que tener una actitud de servicio”.
También, le ha dado satisfacción poder aplicar sus conocimientos de primeros auxilios en su entorno. “Un día un vecino se estaba ahogando con un pedazo de una fritura, lo vi en la calle y recordé cómo aplicar la maniobra de Heimlich. Afortunadamente, la apliqué bien y expulsó el pedazo de comida que lo estaba atragantando”.
“La capacitación que me ha dado Ternium en seguridad como brigadista y bombero me ha dado otra perspectiva de la seguridad, la cual transmito a mi familia y ya tengo un ojo más crítico para analizar los riesgos”.
Alberto señaló que para ser brigadista o bombero es necesario tener gusto por el servicio y no tener miedo.
La adrenalina a tope
Al practicar un deporte extremo, normalmente el cuerpo suelta una hormona conocida como adrenalina, la cual incrementa la frecuencia cardiaca y contrae los vasos sanguíneos. Estos efectos producen un aumento de la energía enviada a los músculos y se incrementa la capacidad de reacción.
Esta adrenalina es la que siempre experimenta César Barriga Figueroa, mecánico Industrial en Planta Alzada, cada vez que participa en algún evento donde es necesaria la presencia del equipo de Bomberos Ternium.
“Cuando ya empecé yo con la capacitación me sentía como si fuera un superhéroe porque empecé a saber cosas diferentes que yo no sabía y porque las cosas que me enseñaron aquí varias veces las apliqué afuera con los ciudadanos”, explicó César.
Su pasión por este oficio también ha llegado a su casa. “En mi hogar tenemos un plan de escape de emergencia, tenemos nuestro botiquín, tenemos nuestra mochila donde echamos las cosas por si ocurre un accidente; un incendio, un temblor, tenemos la mochila con bolsas de plástico, linternas, baterías, atún en la mochila, por si tenemos que salir por un buen rato”, dijo.
Tener la oportunidad de ayudar a su comunidad, es una de las principales recompensas que valora César.